9.21.2006

eco_JorgeDrexler.mp3
Esto que estás oyendo, ya no soy yo.

Como que me das entre risa y pena. Más pena que risa, en verdad, pero no negaré que se me escapan un par de carcajadas de cuando en cuando.

Supongo que ya no te quiero con limón y sal, porque creo que sí te hacen falta un par de cambios. Si estuviese en mis manos, lo primero que haría sería prohibirte afeitarte, porque te juro que te ves de doce y más lento de lo que ya eres. Segundo, no te aguantaría más de una burla por semana, porque aunque admito que adoro tu sonrisa de pendejo cruel, la prefiero cómplice antes que agresiva. Tercero, me tendrías que decir que me quieres todos los días. No es broma. Todo porque no confío y porque jamás estaría segura de que tu afecto- si llegase a existir- es real, y no una de tus tantas burdas bromas.

Palos viene y palos van. Así estamos ahora. Algo así como la etapa cuarta y final antes de que nos demos lo mismo, una especie de guerra infantil en la que, por lo menos, nos hablamos un poquito. Nunca tanto como en las etapas primera y segunda, donde fuimos amigos y posibles-algo, pero bastante más que en la tercera, donde yo no te miraba y tu te dabas vuelta si nos topábamos de frente. Ahora nos turnamos: yo te ataco, tu me atacas, yo respondo y tu te ríes.

Nos detendremos, eventualmente. En algun minuto todo nos parecerá demasiado incoherente, los insultos, las risas por lo bajo. Nos miraremos como extraños, nos saludaremos cuando corresponda y pasaremos a ser parte de un pasado olvidado e indiferente. De un presente más maduro.

Mientras tu te sigas riendo de mí y de mis locuras, yo no me sentiré tan pequeña por escribirte cosas como ésta, ni tan ingenua por creer que todo esto que no te dije, todavía te importa.

Y es por eso que todavía eres un alivio.




No hay comentarios.: